Hace treinta años que “Miguel” Appleqvist llegó a Mallorca para trabajar procedente de Suecia, su país natal. Siempre se había dedicado a la hostelería y, a semejanza de muchas personas que trabajan en ese ámbito, soñaba con montar un restaurante.
Seis años después, tras restaurar un edificio histórico del siglo XV en Palma, cumplió su sueño y abrió el ya famoso restaurante La Paloma, un oasis en el corazón de La Lonja.
“La comida hace a la gente feliz. Una mesa que compartes con amigos en uno de los mejores lugares del mundo”, afirma “Miguel”. Ha creado, junto con su equipo multinacional, un entorno casero cosmopolita, divertido y cómodo en el que siempre se puede disfrutar de una buena comida y un buen servicio.
Las impresionantes paredes y arcos de piedra vista, el elegante hierro forjado y la atractiva iluminación contribuyen al cálido ambiente.
Los comensales son hoy en día más exigentes y cuentan con más información que hace 20 años y siempre buscan algo mejor. A diferencia de otros restaurantes con una larga trayectoria, La Paloma no se ha dormido en los laureles y siempre persigue la mejora constante, el aprendizaje continuo y el crecimiento con el objetivo de asegurarse de que los clientes vivan la mejor experiencia posible.
El restaurante, especializado en cocina mediterránea, tiene un horario muy conveniente y abre ininterrumpidamente su cocina desde las 13.00 a las 24.00 horas. La Paloma cuenta con tres ambientes bien diferenciados y la posibilidad de tener una zona en exclusividad en alguno de sus reservados. Asimismo, se pueden encontrar menús a la carta, diarios y para grupos.
La Paloma, conocida por sus exquisitas carnes y tapas, ofrece una amplia selección de vinos.
Todos en La Paloma disfrutan haciendo felices a los clientes. Prestan atención a todos los pormenores, desde la disposición del restaurante hasta el último detalle de cada plato, en su búsqueda por alcanzar la perfección. “Queremos seguir siendo el restaurante en el que pueden confiar los clientes que buscan un lugar de buena calidad”, explica “Miguel”.
Su misión consiste en que los clientes se olviden de sus preocupaciones y que simplemente disfruten del rato que pasan en La Paloma. El amor, la pasión y la coherencia constituyen la fuerza motriz del restaurante. Asimismo, las instalaciones de La Paloma, que han sido perfectamente restauradas, constituyen un legado para Palma, una ciudad que se enorgullece de su patrimonio.
La Paloma tiene dos exitosas empresas asociadas: Wineing y Chez Camille.