Andrea Müller y Jürgen Lichtenauer regentaron un restaurante en la isla de Sylt, Alemania, durante 12 años. La amable pareja de alemanes vino de vacaciones a Mallorca en numerosas ocasiones, alojándose en el bonito valle de Sóller. Se enamoraron de la isla y del Port de Sóller. “El clima fue una de las razones”, afirma Jürgen. En 2013, tras buscar durante tres años en el puerto, encontraron lo que buscaban. Dejaron Sylt atrás y transformaron una propiedad vacía con una fantástica ubicación frente al mar en uno de los restaurantes más atractivos del Port de Sóller. Sa Barca abrió sus puertas en 2014. En verano, la fachada acristalada se abre para crear una mayor zona al aire libre. “Queremos que nuestros clientes se sientan felices y cómodos aquí”, dice Andrea. Las luces de las velas contribuyen a crear un ambiente romántico cuando se cena al caer el sol junto al mar.
Sa Barca puede acoger a 90 comensales y está diseñado para aquellas personas que disfrutan de platos frescos, cocinados al gusto a partir de ingredientes de alta calidad y que cuenta con un servicio amable a la par que profesional. Los camareros sollerics comparten gustosamente su conocimiento acerca de la zona con los visitantes. La clientela – fundamentalmente británica y alemana, así como escandinava – incluye a los huéspedes del Hotel Espléndido, así como del Jumeirah Port Soller Hotel & Spa. La cocina está convenientemente abierta desde el mediodía hasta las 22.30h cada día.
El chef de procedencia coreana Thom Bell se trasladó del restaurante de Sylt para trabajar en Sa Barca, y comenta que fue “una decisión fácil”. Criado en Alemania desde que era niño, sus raíces asiáticas se reflejan en la deliciosa y bien presentada cocina mediterránea de mestizaje. También le encanta cocinar pescado fresco, y el marisco es uno de los platos más destacados de la carta, ofreciendo lubina salada para dos, llampuga de temporada y las famosas gambas de Sóller. Los amantes de la carne deben probar el bistec gallego madurado durante cuatro semanas, que cocina a la perfección.El valor añadido para los clientes incluye un aperitivo por cuenta de la casa que consiste en una sopa diferente cada día, así como música de guitarra española en vivo cada viernes por la noche desde abril hasta octubre. El valor añadido también conlleva atractivo y popularidad añadidos. “Trabajo con mi corazón”, afirma Jürgen. “Me siento pleno cuando tenemos el restaurante lleno y estamos muy ocupados”.
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