Llegamos hasta la fuente del final del Born y vemos cómo el agua cae suavemente sobre la superficie, con un tranquilo ritmo que continuará el resto del recorrido. Un letrero en forma de flecha señala hacia la siguiente parada. “Rialto Living”, se lee en el rótulo, que apunta hacia una calle adoquinada donde unos cuantos peatones pasean y charlan. La puerta de vidrio de Rialto Living se abre para dar paso a un lugar donde el tiempo queda en suspenso. Puede que sea una tienda de estilo de vida, pero sus suaves colores y su piedra natural envejecida hacen que se sienta como un lugar para relajarse. Los propietarios, Klas Käll y Barbara Bergman, sonríen ante este comentario y nos dan la bienvenida a lo que llaman “elegancia relajada”.
Para describir un comercio, tendemos a referirnos al “expositor” o a los “artículos a la venta”, pero eso aquí no funciona. La línea entre el hogar y la tienda es difusa, así que el entorno hace que podamos conversar con Barbara y Klas de modo natural, sentados en uno de sus “espacios del hogar”. Optamos por un sofá con cojines y sillones de mimbre junto a una mesa de cristal, mientras complacidos clientes pasan en busca de los tesoros de la tienda.
Barbara explica cómo, a lo largo de doce años, han creado en este lugar, un antiguo cine, algo que sienten como suyo. Su idea nunca fue lograr un determinado objetivo o alcanzar cierto nivel de ventas. “Nos movía más el deseo de hacer algo bueno en una ciudad que nos encanta”, dice Barbara mirando a Klas. “Nunca compramos nada que no nos guste, ni siquiera cuando pensamos que podría venderse muy bien”, agrega.
La conversación con Barbara y Klas evidencia de dónde procede el ambiente relajado y nada pretencioso de Rialto Living. Ambos son humildes y considerados, y se toman su tiempo para reflexionar sobre su trabajo y su presencia en Mallorca. Hablamos de la marca Rialto Living y su significado, que muchos identificamos con el concepto del lujo. Bárbara y Klas están de acuerdo, pero tratan con cuidado y mucha modestia la palabra, que prefieren sustituir por “elevada calidad”. “Aquí nunca hablamos de lujo –dice Barbara–. Solo hablamos de calidad y de crear un lugar agradable para trabajar y para estar”.
Ellos se refieren a sus trabajadores con estima y ven importante contratar a personas que les gusten, en vez de considerar únicamente sus habilidades. “Nuestros empleados hacen aquí amistades, que perduran incluso cuando se cambian de trabajo”, explica Barbara. A su decir, eso además resulta en un servicio cordial. Klas asiente y menciona a su costurera, que ha estado con ellos casi desde el principio. “No sé qué haríamos sin ella”, dice. Los dos destacan el sentimiento de pertenencia a la tienda que crean sus trabajadores. Se detienen y miran a su alrededor, orgullosos del Rialto Living que encanta a sus clientes, pero sobre todo felices por haber creado un lugar que consideran su hogar.
Photos by Sara Savage