T-Golf & Country Club – Un nuevo comienzo

Reforma de un campo de golf en la costa suroeste de Mallorca

Érase una vez (en concreto en 1978) un bonito campo de golf, que abrió sus puertas en el suroeste mallorquín, a pocos kilómetros del complejo vacacional de Magaluf. Se llamó Golf Poniente y rápidamente se convirtió en un lugar imprescindible para los turistas amantes del golf gracias a sus diferentes diseños, creados por el jugador profesional norteamericano John Harris.

Sin embargo, tiempo después Poniente sufrió un declive económico. En el aparcamiento frente al club, donde raramente se veían coches, el viento levantaba nubes de polvo. Los pollos silvestres comenzaron a campar discretamente por los roughs. Las calles y los greens estaban cada vez más abandonados. Resumiendo, las instalaciones, antaño bien conservadas, quedaron muy descuidadas.

Entonces apareció un acaudalado empresario alemán llamado Heiner Tamsen. A principios de los 80 Tamsen comenzó a amasar su fortuna vendiendo coches carísimos. Más tarde, se dedicó a la construcción de yates en su propio astillero. Tamsen tenía dinero a espuertas, pero no podía jugar al golf, hecho que le empujó a obtener su licencia para jugar en los campos de golf de Golf Poniente.

Se quedó tan fascinado por el lugar que decidió adquirir todo el club. Tras años de duras negociaciones con los dueños, el alemán se hizo finalmente con Golf Poniente a finales de 2015. Comenzó a retirar desperdicios y malezas y a limpiar su mala imagen.

Este cuento parece tener un final feliz. “Ya hemos cambiado muchas cosas. Pero todavía queda mucho por hacer”, comenta Borja Ochoa, que se encuentra al frente del Club, rebautizado como “T Golf & Country Club”. Gracias al buen gusto y a la gran inversión, la entrada y el club ya se han renovado en su totalidad. Se han colocado luces LED en los roughs y en los pinos cercanos al club, se ha construido un nuevo lounge en la terraza de la azotea, se ha renovado completamente la flota de buggies y todas las calles y los obstáculos acuáticos han “rejuvenecido”.

Con éxito, diríamos. Los terrenos, que se asemejan a los tradicionales parques ingleses gracias a que han sido reforestados, ya se ha convertido en uno de los cinco campos de golf más exclusivos de la isla. Pero todavía hay más. Durante los próximos dos años se van a volver a colocar todos los greens. Ochoa quiere que el club también resulte atractivo para los gourmets que no juegan al golf, y para ello cuenta con el chef Isaac González Nieto, que hasta hace poco trabajó en el restaurante del hotel de lujo Son Julià, cerca de Llucmajor.

Además, en verano se celebran eventos con música en vivo en el estiloso lounge de la azotea del club y las calles serán todavía más exclusivas que antes. Por ejemplo, la cuota anual del club, que cuesta 3.500 €, ahora se limita a 150 personas. Las personas que lleguen después podrán apuntarse en una lista de espera. Las tarifas de los greens también son acordes a este nuevo look más exclusivo. Según la temporada, los clientes pagan de 80 a 120 euros por una ronda de 18 hoyos. Un buggy equipado con un sistema de navegación GPS te costará otros 40 euros. No es especialmente barato.

El príncipe Tamsen no despertó con un beso al Golf Poniente de su profundo sueño por intereses económicos. “Con el golf no se gana mucho dinero en Mallorca. La inversión y los gastos de funcionamiento son demasiado altos y los márgenes de beneficio demasiado pequeños”, explicó el alemán semanas después de hacerse cargo de Poniente. El director Borja Ochoa piensa de forma diferente: “No se gestiona ninguna empresa solo por diversión”, afirma. Cualquier otra cosa sería un cuento de hadas…

Contacto

Golf Poniente

Crta Cala Figuera s/n, Magaluf