La piedra está presente en suelos y paredes, el vestíbulo tiene un árbol que ofrece una creativa iluminación y unas cajas de madera sirven como estanterías, mientras que el jardín cuenta con una pérgola orgánica para pasar un rato tranquilo a la sombra. El concepto de este hotel, que en principio se desarrolló por espontánea creatividad y necesidad económica, le ha dado un carácter único y, al mismo tiempo, lo ha situado en la tendencia del upcycling. La idea se halla en todo el Pink Pepper Tree Hotel, que recibe su nombre de un pimentero próximo a la piscina.
“En lugar de tirar los trastos viejos, pensamos en reutilizarlos. El tronco del árbol resultaba demasiado interesante para tirarlo”, recuerda Jacqueline Rozenhart. “El upcycling lleva a mirar las cosas de un modo innovador y diferente “, explica. “Miras lo que tienes y cómo puedes reutilizarlo de forma creativa, lúdica y divertida”. Con tal idea, se ha creado un interior único para el hotel. Por ejemplo, Glynn Jones ha transformado vigas antiguas de madera de olivo en soportes para lavabos y estantes.
Viejas sillas han cobrado nueva vida como percheros de diseño fijados a la pared, una divertida alternativa a los armarios convencionales y al espacio que consumen. “Ahora los huéspedes nunca se dejan nada”, se ríe Glynn. “No habíamos pensado crear un hotel de diseño, pero cada habitación es individual y única”.
Luminosas y despejadas, las estancias y el uso de materiales naturales crean un ambiente acogedor en un entorno rural idílico. Detalles hechos a mano, como lámparas a base de sombreros de paja, cuadros pintados a mano o bordados de refranes con mensajes positivos, le dan un toque especial a cada una de las ocho habitaciones. “Desde que acabó la reforma, la idea del reciclaje ha derivado hacia la sostenibilidad y la reflexión sobre nuestro comportamiento cotidiano”, continúa Glynn.
Aquí, el reciclaje es importante. “Además de tener nuestro propio sistema de compostaje, intentamos generar la menor cantidad posible de basura y también cultivamos gran parte de los alimentos en nuestro huerto”. Como la mayoría de las hortalizas y frutas maduran en la misma época, el hotel tiene una máquina de deshidratación para preservarlas. “Compramos el resto en tiendas de proximidad y pronto también tendremos nuestras propias gallinas, que se comerán las sobras”, dice Glynn.
“Hay que crear ciclos de vida positivos”, dice con convicción. El agua potable proviene de un sistema Cleanwave y los paneles solares proporcionan agua caliente y electricidad, mientras que la calefacción funciona con pellas de madera. “Aun así, para que el consumo sea mínimo, es básico contar con un buen aislamiento térmico en las paredes y ventanas con doble acristalamiento de alta calidad”, agrega Glynn.
Inspirados por el estilo de vida del hotel, los huéspedes hacen preguntas. “Solo intentamos dar buen ejemplo”. El Pink Pepper Tree también se ha hecho un nombre por sus degustaciones de vinos naturales. “Creo que simplemente atraemos a personas que piensan igual”, dice Glynn explicando el éxito del hotel, que el Telegraph ha distinguido como uno de los lugares más especiales donde alojarse. Aquí, en el jardín, la terraza de las habitaciones o el área de bienestar, se imparten clases de yoga y, con caminatas de meditación por las montañas, los huéspedes pueden aprender a respirar de modo consciente y activar todos los sentidos. “Además de las estrellas de los hoteles, también tendría que haber categorías por usos de la energía o el reciclaje”, dice Glynn. “Sería útil para el futuro”.
Photos by Sara Savage