Santo Tomás es el patrón de los arquitectos y Villa Santo Tomás debe su nombre a la carretera sobre la que se construyó, en el enclave cada vez más exclusivo de la Costa d’en Blanes.
Abogado de profesión y CEO del Bufete Staubach, Xisco López Hinojosa admite ser un arquitecto “frustrado”. “Me encanta todo lo que tiene que ver con las casas de nueva creación, desde el proyecto arquitectónico hasta los últimos detalles de la construcción. Para mí, es apasionante”, explica Xisco.
Eso significaba que él quería participar mucho más que el cliente normal en la creación de Villa Santo Tomás (VST), desde el concepto inicial hasta los acabados finales. El proyecto requería encontrar un arquitecto que deseara trabajar estrechamente con sus clientes, que integrara sus diseños en una visión compartida con ellos, y Alejandro Palomino era apuesta segura.
La distinguida constructura Edificam acabó en el verano de 2017 la villa, que tiene una majestuosa forma contemporánea de geometría cúbica, resultado de la fusión del estilo mediterráneo moderno con los principios de la Bauhaus. El acceso al edificio está en el nivel inferior y el luminoso recibidor de doble altura enseguida impresiona por sus artes decorativas. Un ascensor con capacidad para ocho personas lleva a las distintas plantas del inmueble, mientras que una escalera con barandilla de vidrio se eleva en espiral hacia los pisos, iluminada por docenas de lámparas esféricas de cristal.
La planta de los dormitorios tiene cuatro habitaciones, todas con baño propio y vestidor. De grandes dimensiones, el dormitorio principal también cuenta con una bella bañera de mármol negro sin encastrar, desde la que se puede contemplar una chimenea que también se ve desde la cama.
En el piso superior se halla la sala de estar principal, con cocina abierta y una zona de comedor. Tiene grandes ventanales del suelo al techo. Hacia el norte, sobre la calle, ofrecen espectaculares vistas del valle circundante; hacia el sur, dan a una terraza y jardín apartados, con piscina climatizada con energía solar, espacio para comer al aire libre y un nivel elevado con hidromasaje. El estudio también ofrece vistas abiertas de toda la planta y de la piscina, mientras que en la parte inferior del edificio se han instalado un spa y gimnasio, con piscina cubierta climatizada, sauna, hamán y tumbonas de masaje eléctricas.
El interiorismo es obra de la prestigiosa diseñadora Yolanda Cubo, que ha conjugado el minimalismo contemporáneo con estallidos de rococó o de arabescos y con algunas obras de arte exóticas y curiosidades, sin desviarse demasiado de la elegante paleta monocromática.
Además de ser una inversión inteligente (la propiedad está ahora a la venta por 4,5 millones de euros), es la vivienda principal de Xisco, que quería “un pequeño palacio del siglo XXI”, un lugar donde “sus moradores vivieran como reyes, algo que creo haber logrado”. Y sin duda, estamos de acuerdo.
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