Antes de mudarse a Mallorca, Sheila Cuello casi había olvidado el mar. “Vivía junto a él, pero pasaban meses sin que fuera a la playa”, recuerda esta diseñadora de interiores valenciana.
En la isla descubrió un ritmo diferente, redujo la velocidad. Aquí, reconectó con el océano y encontró inspiración en las curvas de las olas y la textura de la arena. Su pasión por el diseño de interiores se profundizó con su abrazo al wabi-sabi.
“El Wabi-sabi es mucho más que un movimiento estético japonés”, dice Sheila, “se trata de vivir con el corazón y no con la mente lógica”. Su corazón la llevó a crear Hema Interiors; una empresa de diseño de interiores que reconoce la importancia de la sostenibilidad, los materiales naturales y la artesanía.
Aunque el movimiento wabi-sabi es originario de Japón, ciertamente no se limita a un solo país. Aúna todo aquello que se puede crear a partir de la naturaleza. En el Mediterráneo son las piedras cortadas a mano en las entradas de antiguas iglesias y los bancos de madera tallados frente a casas históricas. Son ollas de barro y piezas de vidrio soplado a mano creadas por generaciones de artesanos. El paso del tiempo deja su huella, pero wabi-sabi encuentra belleza en la corrosión y la decoloración.
Los artesanos y artistas son los mejores colaboradores de Sheila. Ella busca talleres singulares donde sea que sus proyectos la lleven. Sus manos moldean sus ideas formando piezas con alma.
“Es una especie de minimalismo, pero con toda la calidez que aportan las texturas que provienen de la naturaleza “, dice, sobre su estilo. Los materiales naturales no solo son hermosos, son buenos para uno mismo. “Son texturas transpirables que regulan naturalmente la humedad y no liberan toxinas”, explica Sheila.
Ella usa una paleta de colores neutros: piedra, verdes, marrones, óxido, grises y negros. Se aleja de las líneas rectas ya que en la naturaleza no existen. “Puedes encontrar una piedra en la playa que ha sido erosionada para ser muy recta, pero seguirá cambiando”. Sus diseños favorecen la simplicidad, la asimetría y la historia humana.
Wabi-sabi también es sinónimo de tradición; tanto de las tradiciones de un lugar como de una persona. “Una casa wabi-sabi cuenta historias”, dice ella. Parte de su trabajo es descubrir cuáles son las que hacen felices a sus clientes. Uno de sus últimos clientes estaba nostálgico por la tradición infantil de sentarse junto al fuego con su familia. El recuerdo le trajo alegría y Sheila se aseguró de darle a la chimenea un lugar destacado en el diseño de su hogar.
Sheila comparte un poco de su propia historia. Su padre dirigía una empresa de construcción y su madre trabajaba para un diseñador de moda. De niña jugaba con la arena y el cemento de las obras en construcción. Creció rodeada de arquitectos e ingenieros. Aunque el aspecto técnico del edificio le atraía, el trabajo con un diseñador de interiores la inspiró y la llevó a elegir un camino creativo alternativo. Adquirió una valiosa experiencia trabajando en dos ediciones de la prestigiosa CasaDecor Valencia, en la que a los diseñadores se les otorga una planta de una casa emblemática para mostrar su creatividad.
El trabajo de Sheila la lleva más allá de las Islas Baleares. Nos cuenta sus próximos proyectos en Italia y Perú. “Mi objetivo en la vida es tener un estudio de diseño referente y para lograrlo, no puedes caminar solo. Necesitas rodearte de un gran equipo y buenos colaboradores”. Por ello siempre está en búsqueda continua de colaboradores que encajen con el espíritu wabi-sabi.
Productos de alta calidad, no industrializados, sostenibles y naturales son el nuevo lujo. Es un lujo que Sheila cree que necesita nuestro presente y nuestro futuro, para el bien de nuestra salud, nuestros hogares y nuestro planeta.
Photos by Hema Interiors
