Construcción sostenible, aquí y ahora

Pedro Martín sobre el máximo confort con el mínimo consumo

Pedro Martín

La sostenibilidad también significa saber en quién puedes confiar en un proyecto de construcción, especialmente si se van a invertir millones. Todos queremos saber con quién tratamos y, en Mallorca, las recomendaciones valen su peso en oro.

La constructora mallorquina Llull Sastre se fundó en 1934 y es dirigida por la tercera generación de la familia desde entonces. La empresa familiar sobrevivió a la ola de excesivo crecimiento turístico y a la crisis económica, y se ha ido fortaleciendo con los años. Desde hoteles de cinco estrellas y complejos residenciales hasta lujosos puertos deportivos, ningún desafío es demasiado grande.

“El secreto de nuestro éxito radica en pensar a largo plazo e identificar los problemas con antelación, para luego poderles buscar solución. Quienes miran al futuro también verán hacia dónde lleva el camino”, explica el gerente, Pedro Martín, que lleva en la empresa veinte años. Otro buen ejemplo es que sigue perdurando el espíritu familiar gracias al equipo humano a pesar del crecimiento de la compañía.“ Durante la crisis económica, decidimos orientarnos hacia el mercado internacional”. Eso llevó a muchos proyectos muy interesantes de inversores privados, así como a otros de enfoque sostenible.

Ejemplo de ello es la villa de lujo energéticamente eficiente del promotor Fabien Leduc, que está en Son Vida finalizada recientemente. Solo se han usado materiales de alta calidad en el edificio, que cumple con las estrictas exigencias de eficiencia energética de las casas pasivas. “Un aislamiento de alta calidad, sistemas respetuosos con el medioambiente y el máximo aprovechamiento de la luz natural, así como la radiación solar, reducen el consumo de energía en toda la casa”, señala el director.

“¡La luz lo es todo!”, continúa. “¡Cuanto más cristal y ventanas tenga un edificio, mejor!”. Las barreras desaparecen. Se eliminan riesgos y todo se integra a la perfección. El exterior se apodera del interior y viceversa. Los enormes ventanales tienen un cristal especial con filtro UV y la instalación supone máximo ahorro de energía. “Mínimo consumo con máximo confort”, dice Pedro Martín, explicando el concepto.

Si se analiza esta filosofía en detalle, se ve que contrasta mucho con la tradición mallorquina de construcción. Una tradicional finca de piedra, por ejemplo, es como una fortaleza que resguarda de la luz natural: durante siglos, se construyó con idea de proteger contra el calor y los intrusos, de modo que las ventanas parecían más bien claraboyas. “El patio es la zona más bonita”, ríe Pedro. Esto también muestra una cierta audacia y asimilación de las tendencias por parte de los mallorquines, para liberarse del pasado y asumir la idea internacional del confort moderno y los estándares de calidad. También muestra que, en la isla, no hay nada mejor que optar por una empresa mallorquina con larga trayectoria en el sector. Como nadie conoce mejor la isla, ¡es casi como entrar a formar parte de la familia!

Photos by Sara Savage

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