Llegar. “No solo vendo propiedades; a veces, también vendo una nueva vida”, dice Lucie Hauri sobre su trabajo. Y al respecto, cuenta el caso de un empresario de Hamburgo que solo estaba buscando una casa de vacaciones en Mallorca, pero que acabó encontrando a la mujer de sus sueños, con la que crear una familia.
Llegar e instalarse, como hizo este hombre de negocios. Para Lucie Hauri, estar aquí y ahora, sumergirse en la cultura de lugar, es una parte importante de su profesión. “Cuando llegué a Santanyí, saludaba a mis vecinos cada mañana con un ‘buenos días’ y una sonrisa. Llevó tiempo que me contestaran”. Los mallorquines pueden tardar un poco en conectar con los demás. “No puedes llamar a un mallorquín y hablar por teléfono de la venta de su casa; tienes que hacerlo cara a cara”.
Conectar. Nos sentamos en el despacho de Lucie y tomamos un delicioso café mientras su perro, Charlie, ronca ligeramente bajo la mesa. En esta relajada y creativa oficina, un equipo de nueve mujeres de diferentes países trabaja con ella para lograr los mejores resultados posibles. Más que una oficina, es un lugar al que acude la gente a compartir ideas. EAST26 alberga la inmobiliaria Lucie Hauri, el negocio de dos interioristas y un restaurante con mucho espacio para eventos. Tras la entrevista, que duró más de una hora, almorzamos en el restaurante, en un patio tranquilo y frondoso, donde continuamos nuestra conversación.
Conectar. Lucie Hauri no cree que esto tenga que ver con el tiempo y piensa que vale la pena correr riesgos, como hizo con su proyecto EAST26. “Hace veintiún años, una clienta se compró una casa a través de mí; ahora que la quiere vender, me llamó para decirme que, obviamente, quería hacerlo conmigo”.
Entender. “El sector inmobiliario mueve grandes sumas de dinero y la gente a menudo pierde los modales”. En cierta ocasión, Lucie Hauri estuvo tres años buscando una propiedad para un cliente y, justo antes de cerrar la operación, otro agente se hizo con ella. Con todo, Lucie sigue siendo una señora, incluso cuando muchos otros perderían la compostura. “Hay que mantener la calma. A mí, el yoga me ayuda”, dice con una sonrisa. A su juicio, entender también significa conocer las auténticas raíces de la isla, además de comprender su cultura. Por buenas razones, Lucie es una enamorada del sudeste de Mallorca: por la cultura de Santanyí, la proximidad a playas vírgenes y una comunidad internacional y sofisticada que, desde hace mucho tiempo, está compuesta no solo por alemanes, sino también por personas de muchas otras nacionalidades europeas. Sus clientes buscan el auténtico estilo de vida mediterráneo, con frecuencia rural, y lo encuentran en esta zona de la isla. “Aquí, la gente prefiere tener un Land Rover y no un Porsche”, dice Lucie. Y todo ello a unos precios significativamente menores que los de la costa oeste.
Llegar, conectar y entender: Lucie Hauri es ejemplar en el sector inmobiliario. Puede que pronto ella también inicie una nueva vida en su nuevo hogar.
Photos by Sara Savage