Para algunos el viaje a la búsqueda de muebles de exterior, rara vez va más allá de paquetes planos y navegación online. El objetivo es encontrar el artículo más rápido y más barato, una mentalidad que, lamentablemente, nos aleja mucho de cómo se fabrican los muebles. Es una historia que conocemos pero que rara vez apreciamos. Todos sabemos que las raíces del árbol convierten la lluvia en fibra. Pasarán años hasta que el árbol madure, se convierta en madera y posteriormente llegue a manos de un carpintero. En un pequeño taller en Mallorca, cada pieza de madera se corta, se lija y se transforma en muebles. Para Marc Kuenzle, esta es la historia sobre la que se basa su colección Made in Mallorca. Desde sillas hasta tumbonas, mesas y camas, su equipo trata la madera con amor, hasta la fibra más minuciosa.
Tan pronto como los pallets de iroco africano llegan al taller en Consell, el carpintero se pone en marcha para desarrollar el diseño. Durante un período de cinco a seis semanas, Marc explica cómo “se supervisan todos los aspectos del proceso” antes de que los muebles hechos a medida lleguen a la tienda en Palma. Nos lleva a una tumbona de castaño ubicada en la esquina de la tienda y destaca su forma y simetría únicas. Cada una de las piezas de madera está perfecta con la siguiente, lo que, según Marc, es como crear una secuencia. “El diseño para mí es como la secuencia de Fibonacci donde encuentras este tipo de proporción áurea entre números. Se trata de una conexión única en la que la relación entre las piezas tiene que ser correcta”.
Una vez que se convirtió en ex banquero en Suiza, la relación de Marc con los números ha dado como resultado un diseño de muebles muy particular, que solo se encuentra en Mallorca. Su éxito, dice, se debe a apreciar las formas naturales de la isla y nunca separarse de lo que “sienta bien”. Para ilustrar esto, saca un trozo de papel y dibuja una puesta de sol mallorquina con sus tres elementos básicos: mar, arena y cielo. Juega con el papel, girándolo y deteniéndolo en una inclinación diagonal. “¿Que ves? Solo una carga de líneas aleatorias, ¿verdad? gira el papel para que la puesta de sol se vuelva a alinear. Él nos lo muestra, dibujando una sonrisa. “Esto es lo que quiero decir cuando hablo de la armonía en el diseño”.
Mientras que, por un lado, la colección Made in Mallorca de Marc se distribuye a través de Europa, también recibe muebles de lugares tan lejanos como Asia y África. Su gusto por el patrón de flujo libre es un contraste interesante con sus muebles Made in Mallorca estructurados en secuencia. La madera cambia a través de las diferentes propuestas, por un lado perfectamente racionalizada en tumbonas y camas, pero luego desigual y rústica en otros muebles. Dos altísimas mesas apoyadas contra la pared, de aspecto más sólido, nos brindan la oportunidad perfecta para preguntarle a Marc qué estilo prefiere. “¿Imperfecto o perfecto?” Él sonríe, analizando dónde la madera se oscurece y se arremolina al azar. “La naturaleza es perfecta por el diseño”, dice, con una mano en su tumbona y la otra sobre su mesa rústica. Y en el medio? Un hombre que realmente aprecia cómo se hacen los muebles.
Photos by Sara Savage
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