No hay muchas casas en Mallorca que sean totalmente de madera. Ni con los techos pintados de negro y menos aún, con el incienso ardiendo y fotografías de la fauna africana.Esta es la casa de la agente y promotora inmobiliaria Claudia Zivko, especializada en casas construidas para crear conexión y sentido de pertenencia. Ofrece dos servicios, encontrar propiedades para sus compradores (escuchando exactamente sus necesidades) así como construirlas (implementando su estilo único)”Siento que mi trabajo está entre el mundo material y el espiritual y yo me encuentro en medio”, dice al recibirnos en su enclave bohemio de Gènova, que construyó íntegramente desde cero utilizando los materiales más naturales y el mejor equipo de pensamiento positivo que pudo encontrar. “Creo en la energía de un lugar, la gente que construye tu casa está tan conectada a ella como los materiales que utilizas”, dice.
Claudia está llena de intención cuando se trata de encontrar una propiedad para sus clientes. Las casas son el lugar donde sentirse a salvo del mundo exterior y conectar con los amigos y la familia. Son los lugares que, según Claudia, están hechos para las “experiencias vitales” que permiten a las personas desconectar y sentirse libres de ser ellas mismas de forma natural. “Mis clientes no compran una casa, compran un hogar”, dice, asegurándose de que la armonía y la paz se sientan siempre. Claudia ha hecho exactamente eso en su propia casa, en la que ha diseñado espacios abiertos para pasar las tardes con los amigos y dar prioridad al tiempo en familia. Es el estilo de vida mediterráneo por excelencia, que gira en torno al calor familiar. “Un lugar que unifica tu esencia y crea esa base para llegar a donde quieres ir en la vida”, confirma.
El enfoque de Claudia hacia su trabajo sólo puede describirse como intuitivo. En el fondo de todas sus decisiones creativas, desde la elección de la parcela adecuada hasta el estudio de la cantidad de luz solar y la distribución interior, Claudia hace lo que su intuición innata le dicta. Hay una amabilidad y un amor genuino que recorre su línea de trabajo, conectando a la gente con las casas que siempre han soñado. Una de las formas de lograrlo es manteniendo una energía positiva entre su equipo. “Es una construcción hecha desde el corazón en la que trabajamos todos juntos para crear algo realmente especial para el cliente”, dice, insistiendo en la importancia de la buena energía entre las personas. Sólo cuando los elementos sociales son fuertes, Claudia es capaz de crear casas únicas y especiales. “Hago lo que hago con absoluta integridad. No pienso en quién va a comprara la casa. El modo en el que creo un hogar puede gustarte o no, pero esa es la magia de la elección personal”.
El resultado del trabajo de Claudia ha hecho que los compradores internacionales y los locales en Mallorca se sientan al instante como en casa. La calidez que aporta a sus propiedades proviene de una profunda sensibilidad. Sabe cómo debe hacernos sentir un hogar y sigue su corazón, abierto a todas las herramientas sociales y espirituales que tiene a su disposición. Los cristales y las piedras son sólo un ejemplo de cómo sustenta sus propiedades, aportando una sensación de descanso y seguridad. “Una vez integré piedras Obsidianas originarias de México en el cemento de una propiedad que construí para infundir el sentimiento de estar cimentado en Mallorca.
A día de hoy, sigue construyendo en Génova, un típico pueblo mallorquín donde se siente integrada en la comunidad. Construyó su propio hogar en la zona y se siente fuertemente conectada a esta parte de la isla, satisfecha de estar ayudando a más gente que, como ella, conectan con Mallorca y su energía positiva .
Texto de Rosie Foot
Fotos de Sara Savage