Cuentos de tipis con Tatiana Loona

Tatiana Loona

Tenemos suerte de que Tatiana pueda atendernos. Esta modista belga, que es autodidacta, tiene que organizar una fiesta muy importante. La temática es compleja. El cliente tiene grandes ideas. Tatiana las cuenta con los dedos: “Princesas, El reino del hielo, Rapunzel, Unicornios… ¡Ah, y el arcoíris!”. La fiesta es para su hija, que va a cumplir cuatro años y es testigo de cómo las creaciones de su madre cobran vida en su casa de Alaró.

“La primera idea era hacer vestidos de princesa para todo el mundo –dice Tatiana sonriendo–, pero puede que no me dé tiempo”. Suena ambicioso, aunque los vestidos de princesa son precisamente la especialidad de esta bronceada madre, que desprende mucha calma.

Su colección surgió del deseo de crear un vestido que contentara a las chispeantes niñas y también a sus madres, incluso para pasearse por el supermercado. Bonitos y brillantes, los vestidos marcan una gran diferencia con los estridentes disfraces de tela acrílica que venden las jugueterías. Con licra y tul, resultan cómodos y están pensados para princesas que quieran encaramarse a un par de árboles en su camino hacia el castillo de las hadas. Y lo mejor es que se pueden meter en la lavadora.

Sin duda, a lo largo del tiempo, Tatiana ha encontrado inspiración en sus hijos. Aun así, su vena creativa surgió mucho antes de que éstos llegaran, gracias a un padre pintor y una madre experta en mosaicos. Luego, la búsqueda de un tipi para su hijo de seis años, Leo, plantó en ella la primera semilla de su empresa.

“No encontraba ninguno que me convenciera. No me gustaba la tela o no era suficientemente grande”. Lo que ella quería era un tipi en el que cupiera toda la familia a la hora de contar un cuento. “Me paseé por la tienda pensando que eso podía hacerlo yo, y mejorarlo”.
Utilizó Facebook para mostrar todo lo que creaba y pronto otras madres se pusieron en contacto con ella, con la esperanza de que también pudiera hacer algo similar para sus niños. Tatiana no se quedó en los tipis. Su colección hoy también incluye unos pufs gigantes de lujo, perdurables cambiadores para bebé y bolsas.

Los productos de Tatiana, además de ser bonitos y estar hechos a mano, resultan resistentes. Como trabajó muchos años de chef en un barco, conocía los tejidos preparados para las inclemencias del tiempo de Sunbrella. Son los que usa en sus apreciados pufs, que hace a medida.

Ahora su objetivo es crear la bolsa de playa perfecta. Acaba de diseñar una enorme, muy envidiable, pensada para la madre que necesite llevar un millón de cosas a la playa. Además, el estilo de Tatiana es como el verano mediterráneo ideal: cálido, natural y resplandeciente.

Photos by Sara Savage

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