Un día de vendimia en Bodega Ribas es un bellísimo rito tradicional rodeado de la impactante visión del pla mallorquí. Una experiencia única que empieza al amanecer, seleccionando la uva grano a grano. “Al mediodía, comemos todos juntos probando vinos internacionales. A nuestro gran equipo suelen sumarse estudiantes, enólogos e ingenieros de todas partes del mundo”, explica la propiedad.
Bodegas Ribas, referente en Mallorca desde su fundación en 1711 por Pedro Ribas de Cabrera, pertenece al Patrimonio Histórico de Consell. En los últimos años, ha aumentado el interés que despierta para el enoturismo de Mallorca. Desde 2004, la dirección técnica la lleva la décima generación; Araceli y Xavier Servera Ribas. “Nos hemos estado preparando. Mi hermano con Jean Luc Colombo en Francia y Nueva Zelanda y yo en Napa Valley y el Priorat. También hemos estado en vendimias en Mendoza (Argentina)”, señala Araceli.
En 2016 todos los vinos consiguieron tener certificación oficial por el Consell de Agricultura Ecológica, y a partir del 2020 se aumentará la superficie de variedades autóctonas a un 75 %: Mantonegro, Prensal, Callet y Gargollassa y se recuperará el patrimonio genético de las viñas viejas.
Sus vinos más emblemáticos son Sio 300 y la edición especial Desconfío de la gente que no bebe. También producen el vino Brutus para Camper, los vinos Coanegra blanco y tinto para Rialto Living, y colaboraciones puntuales con chefs amigos: Andreu Genestra, Marc Fosh o Pau y Ariadna del Clandestí.
“Para mi es una suerte trabajar en Mallorca. Nos sentimos muy felices en el campo mallorquín y en nuestra casa de Son Pentinadó en Son Servera. Después de Fundación Miró y Camper Son Forteza, Bodega Ribas es mi tercer proyecto en Mallorca, lugar que llevo visitando y disfrutando más de 40 años”, señala Rafael Moneo, primer arquitecto español en conseguir un premio Pitzker (1996). Fue director de la Architecture School of Harvard, responsable de la ampliación del Museo del Prado y de la obra del Museo Thyssen-Bornemisza, entre otras obras. También ha diseñado bodegas como la de Chivite (Rioja), las de Álvaro Palacios (Priorat), y produce sus propios vinos en La Mejorada (Olmedo). “Hacer un buen vino es una meta que me gustaría alcanzar”, comenta.
Moneo junto a su hija Clara y Valerio Canals, han diseñado este proyecto que consideran fue “de extrema complejidad al tener que dotar a la bodega de las condiciones favorables para la producción del vino, respetando el espacio histórico y agrícola, sin talar ni uno solo de los cipreses que rodean el edificio”.
La transformación de la era a modo de plaza central y la nueva bodega para la elaboración de vinos blancos y rosados, cuenta con más de 800 m2, lo que facilita la creciente acogida de visitantes con visitas guiadas y catas personalizadas privadas, el aumento de la producción a 200.000 botellas y la mejora de la eficiencia energética. La diferencia principal del resto de Bodegas es su característico suelo de canto rodado, de origen aluvional, que dota de rasgos distintivos a sus vinos. “Solamente trabajamos con reservas previas, haciendo vinos que nos gustan sin presiones de modas. Exportamos a toda Europa y Japón y ahora podremos crecer en mercados como Reino Unido y Estados Unidos”, afirma Araceli.
Fotos de Sara Savage, Rafael Moneo & Luis Asín