Mallorca; cultura para todos

"Mallorca, me has robado el corazón"

Correfoc de Sant Sebastià, Palma

Cuando decidí contarles a amigos y familiares mi decisión de mudarme a Mallorca lo único que escuchaba eran frases como “Te vas a agobiar”, “Te vas a morir de aburrimiento”, “Un año y será suficiente”. Evidentemente, mi sonrisa de oreja a oreja parecía no ser suficiente para convencerles de mi decisión.

Llevo viviendo en Mallorca diez años y en ningún momento me he aburrido o he pensado en abandonar la isla. Realmente no me siento atraída por mi ciudad natal, Múnich, un núcleo urbano rico y cosmopolita, ni tampoco por ninguna metrópolis del norte de Europa, ni siquiera por un paraíso tropical, y eso que he viajado muchísimo, siempre en una incansable búsqueda para conseguir encontrar el lugar perfecto.

Llegué a Mallorca hace ya diez años, precisamente por esta época, en otoño. Alquilé mi primer apartamento en Santa Catalina. Entonces este pequeño y tradicional barrio de pescadores sólo estaba empezando su transición hacia el barrio moderno en el que se ha convertido hoy en día. No ha pasado un día en el que en este barrio no surja algo nuevo; un restaurante, una galería de arte o una curiosa y sorprendente tienda.

Correfoc de Sant Sebastià, Palma

 

Mallorca es un lugar para creativos, artistas y expertos de todo tipo. De hecho, cuantos más idiomas se hablan, más amplia es la escena cultural; desde producciones teatrales en pequeños bares de la ciudad a eventos en villas de lujo, desfiles de moda en palacetes mallorquines o conciertos en playas remotas. En esta isla la variedad y cantidad de eventos culturales es abundante. A eso me refiero cuando digo que en Mallorca se respira creatividad, porque además de sus fiestas y patrones tradicionales, la escena cultural internacional está muy presente. Por ejemplo, la festividad sueca de Santa Lucía se celebra en Cort en Navidad y el mercado de Sankt Martin tiene su propio hueco en Puerto Portals.

Cada septiembre una gran multitud de galerías en Palma celebran la Nit de l’Art, un acontecimiento que cada año brinda la posibilidad de conocer más de cerca el panorama artístico mallorquín y ver qué ha inspirado a la nueva generación de artistas. Aquí nunca hay escasez de obras.

En invierno el ballet de Moscú nos trae al Auditorium de Palma clásicos como el Lago de los Cisnes o el Cascanueces, mientras que las actuaciones del ballet español de Víctor Ullate traen a la isla escenas de un impresionante nivel. En mi lista de “cosas por hacer” aún tengo pendiente pasar una noche en el Cinema a la fresca y ver alguna película en versión original, así como leer libros en diferentes idiomas en distintas librerías y bodegas.