A menudo se dice que una imagen vale más que mil palabras y en el sector inmobiliario algunas imágenes pueden jugar un papel todavía más importante, si cabe. Según un informe publicado en el Wall Street Journal en 2010, aquellas propiedades que incluían fotografías de alta calidad en sus materiales de marketing se vendían antes y sus precios podían aumentar hasta en 100.000 dólares.
Contar con un equipo fotográfico puntero no resulta suficiente para crear las mejores imágenes, sino que se requiere talento artístico, visión y conocimientos, cualidades que el galardonado fotógrafo español Mauricio Fuertes posee de sobra. Como profesional, sabe bien cómo utilizar la luz, la perspectiva, la escala y los ángulos para crear suntuosas imágenes que provocan una profunda respuesta emocional.
Sin embargo, no todo el mérito se debe al equipo fotográfico. Soy fotógrafa amateur y tengo curiosidad por saber de qué lado se decanta Mauricio en el debate Canon contra Nikon. “El equipo fotográfico es solamente una herramienta”, comenta, sin satisfacer mi curiosidad. “¡Dame una cámara compacta y también haré un buen trabajo!”
Mauricio trabajó casi una década como operador del mercado internacional de divisas en lugares como Barcelona, Ginebra, México y Chile. “Era un operador de primer nivel, pero ¡el dinero no lo es todo en esta vida!”, afirma. Tomó un nuevo camino para disfrutar de su verdadera pasión y cambió las transacciones por trípodes para convertirse en fotógrafo profesional.
Nunca se ha arrepentido de dejar atrás el acelerado mundo del mercado internacional de divisas para adentrarse en fantásticos interiores: “Me encanta trabajar en diferentes lugares y conocer a diseñadores y propietarios diversos”, comenta Mauricio. “En cada foto encuentro algo interesante y novedoso, incluso tras una década fotografiando casas preciosas”.
Mauricio se instaló en Mallorca en 2014, aunque divide su vida profesional entre la isla y Barcelona. Trabaja codo con codo con la estilista de interiores Andrea Pussin y su empresa en Palma, Organic Studio, pero su trabajo también le ha llevado a muchos países diferentes, cada uno con sus propias tendencias arquitectónicas, de interiores y mobiliario y un estilo particular.
Entre sus especialidades se encuentran la arquitectura y el diseño, el mercado comercial, el estilo de vida y la publicidad. “Mi mejor tarjeta de visita son mis más de 500 encargos profesionales publicados en todo el mundo”, comenta. En la industria arquitectónica está considerado como un fotógrafo de primer nivel y sus imágenes aparecen en prestigiosas revistas y en páginas web de arquitectura, como ArchDaily, Plataforma Arquitectura y e.architect. Durante cuatro años consecutivos, sus fotografías comerciales, sobre arquitectura y paisajes fueron nominadas a los Premios LUX, que aclaman y reconocen la creatividad en la utilización de la luz.
Entre sus trabajos comerciales se incluyen los que realizó en el asombroso restaurante japonés Umo en Barcelona, el gigante farmacéutico CRG y el Museu del Vermut en Reus, Cataluña. En Mallorca también ha fotografiado al equipo de Lionsgate Capital en su oficina en Palma, situada en el prestigioso Borne.
Asimismo, ha empleado su talento en la realización de proyectos personales que le han llevado al sudeste asiático, América del Norte y del Sur, Oriente Medio y norte de África. Ganó el Premio LUX de bronce en los Premios Nacionales de Fotografía Profesional en 2004 por su trabajo en los desiertos de Argelia, Bolivia y España. En 2006 publicó INDOCHINA, una colección de fotos que tomó durante su estancia de seis meses en el sudeste asiático.
Mauricio ha empezado a trabajar con el vídeo, haciendo gala de la misma habilidad que muestra con la cámara: “Es bonito hacer algo nuevo, y el vídeo es el futuro”. Muestra claramente una pasión por la vida. Cuando no está haciendo fotos, probablemente esté escalando. Así, subir a una escalera para conseguir el ángulo de cámara perfecto no representa ningún reto para Mauricio.
Cuando se le pregunta acerca de las fotografías de interiores más difíciles que ha hecho, Mauricio explica que cada hogar representa un reto: “Dispones de uno o dos días para ver y hacer fotos de algo que puede que haya tardado un par de años en tomar forma. Y los resultados deben ser acordes con la visión de los creadores”, explica. “Lo divertido es que, durante un par de días, soy el ‘propietario’ de una preciosa casa que es ‘mía durante ese tiempo”
Fotos: Mauricio Fuertes
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