La mente creativa: una historia de ángulos y tradición

Magnus Ehrland sobre el diseño del hotel El Llorenç

Experimentamos algo especial en El Llorenç Parc de la Mar. Surgió durante la entrevista al diseñador del hotel, Magnus Ehrland. Mientras hablábamos del omnipresente motivo estrellado de influencia árabe, lo siguiente nos vino a la mente: ‘La mente creativa juega con los objetos que ama’.

Desde que nos presentamos, Magnus mostró ser un hombre de visión audaz, alguien que se vería escogiendo materiales como joyas de un cofre del tesoro. Conocido por sus diseños para el gigante de la moda Diesel, es el genio creativo del hotel de Palma El Llorenç, de nueva construcción. Nos recibe fuera con afabilidad. Lleva gafas de montura negra y una gorra con visera de retales de tela vaquera. Seguimos el protocolo, pero las formalidades se acaban pronto cuando Magnus, con su ligero acento sueco, menciona que le gusta jugar con lo reconocible. Siguiendo el rastro de sus consideraciones sobre el uso de “este material” y “ese motivo árabe”, vamos tras él, intrigados por tan híbrido diseño.

En el interior, entendemos las reflexiones de Magnus al ver una combinación de líneas, estrellas y cuadros. A medida que avanzamos por un pasillo con paredes acristaladas, observamos una estética de fuerte inspiración árabe. El suelo de fino granito tiene un dibujo que marca un camino de prismas. Magnus alza la mano y la inclina para mostrar que el diseño del hotel se ha pensado en ángulos. Nos paramos a medio camino, sorprendidos por una docena de atractivas líneas de visión, pero hay una que destaca entre todas. A través de paneles de vidrio enmarcados por nogal, atisbamos un espacio sazonado no por Magnus, sino por el chef Santi Taura. Entre estampados con molde y estilos geométricos, la suculenta cocina de Santi, delicada y sensual, llena el aire. Nos maravillamos con los juegos de contrastes y Magnus asiente, cambiando de nuevo de perspectiva antes de dirigirnos hacia las escaleras.

Hay un jardín colgante en mitad del hotel que motea de verde la parte superior. Nos paramos a medio camino. No nos decidimos: “¿El spa o la terraza de la azotea?”. Magnus sonríe mientras disfruta de nuestra ensimismada observación. Nos habla de una piscina infinita con acabados turquesa y vistas a la bahía de Palma. O de los mosaicos del spa, con elaborados motivos de estilo árabe en forma de estrellas. Explica que ese particular diseño es su favorito porque no tiene principio ni fin; como el hotel, invita a una constante exploración. Concluye el argumento estirando mucho los brazos para indicar que la mitad de la visita ha llegado a su fin. Asentimos y le seguimos a través de un sendero de parras hasta la azotea del hotel. “O por supuesto que podemos ir a ver los restos del horno árabe…”. Nos paramos y damos la vuelta: “¿Restos de un horno árabe?”. Sonríe con los ojos y señala hacia abajo, donde hay restos arqueológicos. Su mente creativa no resiste la tentación del juego con los objetos que ama.

Photos by Sara Savage

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Contacto

El Llorenç Parc de la Mar

Plaça de Llorenç Villalonga, 4, Palma